17.7.09


Viva la incertidumbre 


Acojonado: el ciudadano medio español asiste indefenso a una avalancha de noticias apocalípticas que lo paralizan. La crisis económica con su goteo constante de datos pésimos, la espada de Damocles del desempleo, la gripe A, el cambio climático, la amenaza de catástrofe nuclear, el pavor a los accidentes de tráfico, a un ataque terrorista… estos días el Apocalipsis se ha instalado en nuestra vida cotidiana quien sabe si para siempre. Quizá esto sea entrar en un nuevo nivel de desarrollo (en el que otros países ya entraron mucho antes).

Porque parece que instalarse en la paranoia absurda es un rasgo de nación desarrollada. De todos son conocidos los miedos y vanas precauciones del ciudadano medio estadounidense… Los medios de comunicación y los políticos son los responsables de este nivel de obsesión con unos problemas que no son, ni de lejos, los más graves que ha afrontado y que afronta la humanidad en su conjunto ni mucho menos cada ser humano en particular.

Lo ideal sería que todos, cada día, recordásemos con naturalidad que somos mortales, que podemos morir en cualquier momento por cualquier causa. Lo ideal sería que adaptásemos nuestra vida a esa incertidumbre radical que es la que, en realidad, impera. Porque esa incertidumbre encierra una sabiduría y una verdad liberadora, emancipadora.

Nos hace falta recuperar el sentido de la aventura y librarnos de esos michelines de precauciones absurdas. La vida es un bellísimo patíbulo: mejor disfrutarlo mientras discurramos por él hasta la seguridad de la soga.

Piense, querido lector, en qué tipo de ciudadano interesa más a las instituciones de control social y a los engranajes del capitalismo salvaje. Muerto Dios, la amenaza del infierno debe hacerse factible en la Tierra. "Sea usted bueno, o le pasará todo aquello de lo que le venimos previniendo con nuestras amables campañas de sensibilización social..." Éste viene a ser el mensaje que se lanza desde los nuevos púlpitos.

La muerte es segura. El miedo a la muerte, en cambio, sí se puede combatir. No dejemos que sean otros los que administren nuestro miedo.

Vamos, que nos hace falta algo, aunque sólo sea un poco, de lo que el poeta persa Omar Jayam dijo entre los siglos X y XI:

"A nadie pedí la vida. Me esfuerzo por aceptar, sin júbilo ni rabia, todo lo que la vida ofrece. Partiré sin preguntar al prójimo acerca de mi curiosa permanencia en este mundo".




1 Comments:

lo que me parece peor de todo esto es que esperamos a ver la tele o el periodico mas amarillo que caer pueda en nuestra mano para sacar conclusiones sobre lo que acontece y la gravedad de los hechos; ayer hablaba con alguien de la gripe y de que nadie habia dicho nada de los 3000 muertos del pasado año a causa de complicaciones con la gripe estacional en argentina, mi interlocutor me miraba desconfiado...y es que hay que estar alarmado, nadie sabe bien porque, pero si obras de otra manera o intentas razonar el asunto, pasas a ser una especie de hereje...

By Blogger josman, at 17 de julio de 2009, 23:22  

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